En esta ocasión me encuentro con Francisco García en el ático de un edifico en pleno barrio de Salamanca, concretamente en Príncipe de Vergara, nº 8. Entró en un elegante edificio y subiendo a su ultima planta llamó a la puerta de Cravati, una nueva sastrería, sofisticada y sobria donde me reciben calurosamente.

 

Cravati nace de una unión entre Fran y Mario. Por un lado, este ultimo regenta varias sastrerías en América, por lo que ya tenía una trayectoria previa en este sector. Fran, cuenta con 10 años de experiencia, donde estuvo trabajando en la sastrería familiar. Su principal idea era crear para un publico mas selecto, un servicio único y exclusivo donde solo se trabajase con los mejores tejidos y fabricas a nivel mundial. Buscaban tener un espacio más especial, más privado, donde los clientes pudiesen vivir una autentica experiencia sartorial.

El cliente que elija Cravati, a parte de llevarse por un precio muy competitivo un producto de las más altas calidades, también podrá vivir, como ya se menciona antes, una experiencia única y exclusiva, que como me cuenta Fran, otras casas no ofrecen. Con su servicio, dan un asesoramiento, donde se le explicará al cliente que tipo de tejido y estructura le vendrá mejor. No solo guiándose por los gustos y necesidades de cada uno, sino que tipo de corte le favorecerá más a su físico, que tipo de tejidos necesitará para que momento y que uso se le quiera dar a la prenda y una larga lista de consejos, los cuales, podrá disponer el cliente.

Además de esto, el hecho de que este situado en un ático aporta una gran privacidad. En Cravati solo se atiende con cita previa, por lo se intenta tener con cada cliente un espacio de tiempo suficientemente amplio para que este pueda disfrutar de la experiencia en su totalidad. Se fijará sobretodo en que tejido le vendrá mejor a cada cliente, como dice el mismo: “no es lo mismo una boda en agosto en Córdoba que en abril en Asturias”.

En cuestión de confección, solo trabajan con las mejores fabricas europeas. En tejidos, no todas, como, por ejemplo, Thomas Mason, que, a pesar de ser una casa italiana, trabajan con algodón egipcio, considerado de los mejores del mundo.

Todos los trajes que se realizan en Cravati son full-canvas, es decir, todos los interiores son cosidos. Se parte de una calidad muy alta, sin termino medio y mucho menos bajo. Todos sus trajes se realizan desde cero, sin ningún patrón previo. A pesar de ello, lo que les diferencia del sastre tradicional, es que se realizan en una cadena de producción. En estos trajes pueden implantar todos los detalles que el cliente quiera a mano. También están trabajando un concepto nuevo en las chaquetas, que es la manga camisera. Consiste en una manga desestructurada, pero con forro completo y armada, prescindiendo del chorizo.

 

 

A pesar de que Fran y Mario, tienen sus gustos personales, intentan que cada cliente tenga un traje de las características que busque. Son más de un corte italiano, que sienta mejor, pero no se quiere encasillar en ningún estilo particular.

 

Fran busca crecer como marca, no solo como una sastrería, sino entrar en el mercado a nivel mundial como una potente marca, pero sin renunciar a un buen servicio ni a una excelente calidad. No cree que la moda sea un enemigo, pero tampoco cree que haya que guiarse en su totalidad por ella. Reconoce que las estructuras de los trajes han cambiado por un tipo de corte mas entallado, pero le gusta que la moda sea atemporal. También busca que la marca no sea una persona, como ocurre con otras sastrerías. Quiere que la excelencia de Cravati no sea de una persona, sino de la propia casa.

Para Fran el concepto de lujo esta muy distorsionado. Él no cree que sea una imagen, un precio o un prestigio, ya que todo esto tiene que ir acompañado de una excelente calidad. La elegancia, por otro lado, un traje que no destaque, solo que tenga una buena estructura y un buen acabado.

Sin duda, un nuevo y único espacio que ofrece una experiencia mas única y exclusiva todavía. Gracias Fran por compartir todo esto conmigo.